El Big Data es una alternativa interesante
para todos los grupos hoteleros que buscan seguir en lo alto del “top of mind”
de los viajeros. Gracias a los grandes volúmenes de información que los
viajeros dejan en internet sobre sus gustos,
hábitos y preferencias, esta tecnología
logra personalizar servicios y convertir los datos en información inteligente que logre una adaptación a la demanda.
Debido al alto
impacto que las características del Big Data pueden brindarle a una cadenas hoteleras, aeropuertos y agencias de viajes, esta herramienta se convierte para muchas empresas turísticas, en un
baluarte que no puede fallar en su infraestructura tecnológica. El IMF Business School ha
analizado algunos casos prácticos del uso del Big Data
en la industria turística.
Las pulseras inteligentes se han convertido
en dispositivos que han tenido gran
recibimiento, pues unen dos tendencias
que están marcado la pauta; el Internet
de las Cosas y el ya mencionado, Big
Data. Estos dispositivos poseen un sistema de radiofrecuencia que permite
realizar acciones claves; identificar al viajero como huésped del hotel, abrir
la puerta de la habitación, realizar compras, tener acceso a lugares
exclusivos, etc.
El hotel Meliá ha decidido poner en marcha
esta tecnología con gran éxito y no ha sido la única empresa que lo ha hecho.
El parque temático Disney ha
utilizado estos dispositivos para almacenar
información del usuario, como imágenes y otros datos que pueden ser leídos
por los empleados y así lograr sorprender
al visitante al llamarlo por su nombre
u ofrecerle una cortesía por su
cumpleaños. Estos dispositivos no sólo
sirven para crear experiencias en esa visita, sino para crear nuevas y mejores
experiencias para cuando el cliente vuelva.
Actualmente,
existen hoteles que no solicitan un pago a la salida por lo consumido en el
minibar, sino que permiten que el huésped realice un cargo directamente a su
tarjeta utilizada para pagar su estancia. ¿Cómo lo hacen? El minibar cuenta con
un registro o inventario de lo que está disponible, y a través de diversos sensores posicionados cerca de los
productos detecta el movimiento y hace el cobro del producto consumido, pero no
al momento de retirarlo, sino tras un periodo de 60 segundos por si el huésped
sólo haya quisiera conocer el producto.
Dejando a un
lado el sector hotelero, esta tendencia también colabora con las agencias de
viajes. Gracias al uso del Big Data éstas
pueden enviar ofertas, recomendaciones o cualquier otra
información personalizada con base a
la geolocalización del viajero;
tiempo en la ciudad, historial de búsquedas, de reservas, gastos en los últimos
viajes, etc.
El internet juega un papel fundamental
para que la implementación de esta tecnología
sea poderosa, y esto toma mayor relevancia para los aeropuertos más transitados del mundo. Los datos que proporcionan
los viajeros en su paso e incluso las características de su equipaje, ayudan a
las aerolíneas a planificar y crear servicios en base a
la información recabada.
Sin embargo,
esto no es todo. Aeropuertos como Barajas
de Madrid, y el Prat de Barcelona, han sumado el Big Data con seeking, lo que les permite conocer
de forma totalmente anónima la ruta y los lugares que los viajeros transitan y
visitan; si acuden a cierta tienda, alquilan un auto o piden un taxi.
Es un hecho,
los viajeros de hoy buscan experiencias
únicas y personalizadas, buscan que cada estancia se convierta en una nueva
e inolvidable aventura. Es por esta razón, que el uso del Big Data ayuda a los empresarios a mantener una relación más estrecha y personalizada
con sus huéspedes o viajeros, lo que lleva a aumentar las posibilidades de
retorno.