miércoles, 15 de diciembre de 2021

IoT; el héroe del sector educación

 

Como habíamos tratado en una entrada anterior, el Internet de las cosas (IoT) o Internet of Things por sus siglas en inglés, se refiere a la interconexión de objetos mediante internet para crear una red que permita la transmisión de información entre dispositivos y sistemas con un fin específico.

Desde wearables que permiten a médicos atender pacientes de manera remota, hasta la conexión de un smartphone con lightsticks para conciertos en línea. Todos los sectores tuvieron que implementar grandes cambios durante este último año y echar mano del IoT para adaptarse a las crecientes necesidades de la sociedad. 

Entre estas innovaciones destaca la aportación que le ha dado a uno de los sectores con mayor importancia en el desarrollo social: el sector educación. Su aplicación tiene como objetivo asegurar el bienestar de aquellos que forman parte clave del futuro.

Se sabe que no sólo las familias de los alumnos y del equipo académico se han cuestionado la seguridad de volver a clases presenciales, sino que diferentes instituciones han puesto en duda las condiciones en las que se debería regresar a las instalaciones escolares.

Ya que el distanciamiento social y las jornadas periódicas de desinfección podrían no ser suficientes para proteger a la comunidad de la contaminación que transita en el aire dentro de lugares cerrados, entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera importante la implementación de la ventilación como parte de un conjunto integral de medidas de prevención.

La empresa Paessler América, consciente de la importancia de la ventilación, propuso una solución llamada “PRTG Network Monitor”. Esta herramienta supervisa la humedad y el dióxido de carbono (CO2) en un espacio cerrado evitando que el ambiente sea propicio para la propagación del virus que causa el COVID-19.

Para realizar su función la herramienta utiliza el IoT mediante diferentes dispositivos que monitorean el correcto funcionamiento de los sistemas informáticos evitando fallos en la red. De esta forma se pueden utilizar dispositivos tan pequeños como un mouse, que cuente con programación de valores predeterminados para alarmar a los profesores con una notificación a sus teléfonos que les permita saber en tiempo real cuándo los rangos de CO2 lleguen a 700 partículas por millón.

Lo que se busca es mantener el aire lo más insaturado posible de dióxido de carbono para mantenerlo “limpio” al tiempo en que se elimina el aire viciado del espacio y así mantener o mejorar su calidad.

Los beneficios que la aplicación de este tipo de avances supone crece exponencialmente cuando se introducen en los sectores adecuados y en conjunto con las medidas necesarias, trascendiendo positivamente en la calidad de vida y el desarrollo de nuestra sociedad. Este es definitivamente otro punto para el IoT dentro de nuestra nueva normalidad.

 

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