Una de las tendencias tecnológicas más recientes tiene que ver con el denominado “Internet de las Cosas”, el tener la capacidad de interconectar cualquier tipo de objeto a través de sensores que transmiten información a la nube para procesarla con un fin específico.
Aunado a esto, el sector debe enfrentar un
desafío más; la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura) estima que, si persisten las tendencias actuales de crecimiento de ingresos y consumo,
la producción agrícola tendrá
que aumentar un 60% para el 2050 con el fin de satisfacer la demanda esperada de alimentos y
forrajes.
Por
tanto, la agricultura debe transformarse para alimentar a la creciente
población mundial y sentar las bases para el crecimiento económico y la
reducción de la pobreza. El cambio climático hará más difícil esta tarea,
debido a los impactos adversos sobre la agricultura que requerirán esfuerzos de
adaptación vertiginosos y costes asociados cada vez mayores.
Desafortunadamente, una de las realidades
que se viven en nuestro país, es que el 72.8 % de los agricultores viven por
subsistencia, esto significa que no tienen acceso a información o tecnología
que les permita realizar un análisis de suelo para entender qué es lo que deben
cuidar en su predio para que la cosecha sea exitosa basado en los nutrientes
que se encuentran en el suelo a lo largo del ciclo productivo. Lo que este
grupo de agricultores hace es implementar prácticas que han pasado de
generación en generación para lograr que la cosecha se dé de la mejor forma
posible.
Existe otro grupo de agricultores que
cuenta con mayores recursos y que práctica un estudio de suelo al inicio del
ciclo de producción. Actualmente solicitar un estudio de suelo implica mandar
llamar a un laboratorio de la ciudad para que visite el predio, tome una
muestra de tierra y la lleve a analizar para devolver resultados en
aproximadamente de 2 a 3 semanas. Si bien esta es una buena práctica que le permite
al agricultor tomar decisiones en función de elegir qué agregarle al suelo para
que sus componentes y nutrientes se encuentren en óptimas condiciones, este
estudio implica tener solamente una foto del suelo en un momento especifico sin
considerar la dinámica de cambio que este último experimenta a lo largo del
ciclo de producción por diversos factores.
Entender
estos desafíos a los que actualmente se enfrentan los sectores agroalimentarios
de nuestro país, ha creado la necesidad de hacer uso de los alcances
tecnológicos para lograr una agricultura preventiva, en este caso explicaremos
cómo el Internet de las Cosas (IoT) puede ser aplicado en este sector
productivo.
A
través de la instalación de estaciones de medición en el predio se puede tener
información en el momento sobre el estado actual del suelo. ¿Cómo funciona? Las
estaciones son cajas que se alimentan de celdas solares que cuentan con
diversos sensores instalados en la tierra, los cuales son los encargados de
medir los componentes físico químicos que están presentes en el suelo. Toda la
información recabada se envía a un software que procesa los datos recibidos y
notifica al agricultor sobre las condiciones actuales del suelo que le permita
detectar con anticipación, el posible surgimiento de plagas o enfermedades, así
como entender cuál es el momento óptimo para fertilizar.
La estación logra el monitoreo inteligente
de información en tiempo real a través de un arduino (Plataforma de hardware y
software de código abierto basado en las tecnologías IOT). Dichas estaciones,
por sus características EDAFO-CLIMATOLÓGICAS, contienen varios puertos que
conectan sensores a internet para medir y procesar información de variables
como: temperatura, humedad, PH, conductividad eléctrica, potencial redox, CO2,
oxígeno.
Gracias
a la integración de capas geográficas con el análisis del suelo se puede
obtener información en
tiempo real en una plataforma web o aplicación móvil que permita obtener una
radiografía del campo de cultivo. Ahora el ejidatario tendrá el alcance de
diagnosticar el suelo y sus características, comparar indicadores clave para el
cultivo, prevenir pérdidas o plagas causadas por el estado del suelo y mantener
su siembra en buenas condiciones.
Incluso
esto puede escalar un peldaño más; se puede cruzar la información meteorológica
con las variables del suelo y así contar con el historial necesario de cambios
climatológicos lo cual puede indicar probabilidades por ejemplo de lluvias, lo
cual permite tener mayor asertividad en la prevención y cuidado de las fases de
crecimiento del cultivo. Esta es la gran oportunidad de transformar la
industria por medio de la predicción de datos y el internet de las cosas (IOT).
Este
es el momento de explotar los datos y transformarlos en acciones inteligentes.
La maduración del Internet de las Cosas liderará la agricultura inteligente, la
transformación climática conectada a internet nos dirigirá hacia la inmediatez
y hacia el amplio alcance de los efectos del cambio sobre los sistemas
agrícolas.
¿Quieres conocer más acerca de esta tecnología aplicada? Dale play al vídeo.
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