Queda claro que uno de los mayores desafíos de los directivos de una organización no lucrativa radica en la atracción y fidelización de donantes. Una vez que esto sucede, el segundo reto se presenta cuando los donantes ven la administración de fondos como una manera primaria de evaluar el impacto. Esto es un verdadero problema pues es una manera deficiente de entender qué tan efectiva es en verdad una organización o no.
No hay duda que una organización
debe hacer uso de los fondos donados de manera responsable, pero eso no impide
que la institución decida invertir una parte del apoyo en los gastos generales
de la misma. El creer que una institución es más efectiva si invierte más en
programas y menos en gastos generales, es errónea y es un mal que los directivos
deben trabajar para erradicar.
De hecho, el limitar los gastos
generales ha obligado a muchas organizaciones a invertir menos en esfuerzos
para mejorar la eficiencia. Esto ha provocado que las instituciones pierdan el
enfoque, pues es importante ser consciente de que una institución se hace
grande de adentro hacia afuera. Irónicamente, la poca inversión en innovadoras
tecnologías digitales las ha llevado a ser menos eficientes y efectivas.
La tecnología basada en la nube
ha tenido un efecto transformador en las organizaciones no lucrativas, pues
brindan información de valor sobre clientes y mercado, les permiten ser
eficientes en su operación, así como a; atraer donantes, recaudar fondos,
controlar expedientes, conectar equipos de campos con las oficinas centrales y
generar reportes de impacto social acertados.
Una encuesta realizada por
Microsoft Tech For Social Impact a 2,200 donantes, voluntarios y tomadores de
decisión ofreció información relevante sobre cómo estos actores deciden a qué
organizaciones apoyar, cuáles son sus expectativas (eficiencia y efectividad) y
cómo se sienten al brindar apoyos para costear la infraestructura tecnológica
de una organización.
Un dato que pareciera obvio, es
que la gente que dona lo hace a organizaciones que confía al 100%, y que cada
vez más, buscan datos más allá de la relación gastos de programa y gastos
generales. Aunado a esto, la encuesta arrojó datos contundentes sobre la
importancia de la implantación tecnológica, pues dice que aquellos que apoyan a
las organizaciones, reconocen el rol crítico que juega la tecnología en dirigir
el impacto y la entrega de valor. 4 de cada 5 donantes y voluntarios, y más de
nueve tomadores de decisión dijeron que apoyan dirigir donaciones para mejorar
la tecnología en una organización.
Otro dato abrumador es que el 85%
de los partidarios (donantes y voluntarios) y el 95% de los tomadores de
decisión, tienen más probabilidad de contribuir con organizaciones que puedan
demostrar que utilizan la tecnología para mejorar la manera en la que ejecutan
los programas de ayuda.
Esto deja claro que los donantes
toman en cuenta el desarrollo tecnológico de las organizaciones, pues son
conscientes que la transformación digital es clave para aumentar el impacto
social de las mismas. Los retos a los que se enfrentan los directivos han
cambiado y ahora deben acompañarse de tecnología para poder demostrar que el
apoyo de sus donantes esta teniendo el impacto esperado.
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