El mercado de los
negocios ha cambiado mucho en los últimos años, la evolución se ha visto
reflejada desde; procesos, tecnología, clientes, estrategias comerciales e
ideología de venta. El sentido común dice que para que una empresa sea exitosa,
es necesario atraer nuevos clientes,
sin embargo, esto cambió. No siempre lo obvio es lo más acertado. En tiempos
actuales; menos es más.
La perspectiva
cambió, ahora pensar en largo plazo es una estrategia más inteligente. Y es
que, realmente, ¿para qué necesitas tantos clientes?
El control de
gastos es un elemento baluarte en las empresas, es por esta razón que el
principio de “menos es más” toma sentido, pues hacer crecer la cartera de
clientes cuesta mucho dinero. Según Bain & Company, el precio de adquirir un cliente nuevo es de seis a siete a veces mayor que el retener a uno existente.
Aunado a esto, el
hecho de atraer 1,000 clientes nuevos en un año, no necesariamente genera 1,000
negocios. Según Métricas de Marketing, la probabilidad de venderle a
un cliente existente es del 60 – 70%,
mientras que la probabilidad de vender a
un nuevo cliente es de 5-20%. Es mejor venderle mucho a pocos, que poco a
muchos.
Por lo que viene a
nuestra mente la siguiente pregunta, ¿qué caso tiene atraer a 1,000 clientes,
si 900 no te volverán a comprar? La respuesta puede ser dura, pero real y
necesaria. Pensar a largo plazo forzosamente lleva a un tema clave: aprender
a retener a los clientes. En esta lógica, conviene más conservar a
nuestros mejores consumidores y hacer que esas relaciones crezcan, que cazar a
ciegas a más prospectos.
Clasifica y elige
En toda cartera de
clientes existen aquellos consumidores
con cierto grado de lealtad y
antigüedad, estas personas presentan mayores índices de satisfacción y
están dispuestos a adquirir nuevos productos. Además, se convierten en los
mejores aliados y portavoces de la marca y sus servicios,
siendo partidarios de la publicidad ‘boca en boca’.
Estas personas son
aquellas personas que compran mucho más que los demás y con mayor frecuencia. El
80% de las utilidades provienen del 20%
de los clientes.
Ya que supiste
identificarlos, realiza la siguiente pregunta ¿Qué pasaría si en uno, dos o
cinco años, alguno de ellos se va? Haz una segmentación de tu clientela con
base en frecuencia, monto de compra y valor económico futuro.Y trátalos diferente. Ofrece mejores
condiciones de compra, servicios
innovadores y un trato exclusivo. ¡OJO! Se
cuidadoso al momento de comunicar esto, invita a nuevos cliente a pertenecer a
este grupo, pero ten cuidado en cómo lo haces.
El primer paso para
alcanzar la lealtad de un cliente es retenerlo. Sin embargo, esto no es tarea
fácil. El cambio en los estilos de vida y el surgimiento de competencia, son
elementos que obstaculizan el camino hacia la fidelización y lealtad. Estos por
mencionar algunos, pero existen una serie de razones que explican este fenómeno;
- · Abundancia de ofertas
- · Uniformidad de ofertas
- · Consumidores informados y exigentes
Conociendo los
retos de la labor de retención, ¿Cómo
podemos lograr superarlos y cumplir el cometido?
1-. Qué tipo de retención es la que deseas o necesitas
Existen muchas
formas de hacer que los clientes se mantengan activos y vigentes. Dependiendo
la meta será la estrategia; incrementar la frecuencia de compra mensual,
aumentar a tres o cuatro compras al mes, aumentar el ticket promedio de compra,
etc.
2-. Establece mecánicas básicas
Aunque no es la
estrategia más innovadora del momento, no puede fallar. Este tipo de esquemas
básicos le otorgan identidad a la marca y la van posicionando dentro de la
percepción del consumidor, como el “martes 2x1 en Domino’s” o “miércoles 2x1 en
Cinepolis”. Estas estrategias, por más básicas que sean, pueden incentivar la
compra de manera constante. Por lo que, si tu meta es aumentar el ticket
promedio de compra, puedes regalar un boleto de rifa para un viaje, una cena o
lo que gustes, en la compra mínima de $500.
3-. El servicio es el rey
Hoy en día la
competencia es dura en cualquier sector productivo y muchas veces el factor
diferenciador entre tu competencia y tú, es el servicio que les otorgas a tus
clientes. Muchas empresas utilizan este elemento como un valor agregado y como
el mejor escudo; si tus clientes sólo acuden a ti porque no tienen otra opción,
esperarán el momento en que aparezca otra alternativa para irse. La mejor forma
de evitar esto es ofrecer un servicio inigualable.
4-. Personaliza tu servicio
Genera un vínculo
con tus clientes. Procura recordar sus nombres e incluye servicios
complementarios; conoce las preferencias de compra para poder hacer esta acción
que complete la experiencia de tus clientes. Si conoces qué tipo de productos
consume, con qué frecuencia y en qué horario, te será más fácil adelantarte y
ofrecerles lo que están buscando antes de lo que lo pidan.
5-. Minimiza riesgos
Existen dos
factores de riesgo en cualquier compra; funcional y financiero. Es decir, que
el producto o servicio no funcione como debiera y que se esté pagando más por
algo que vale menos. Ofrece garantías honestas y generosas por un mal
funcionamiento, establece políticas por las que igualarías el precio o incluso
harías una rebaja adicional si el cliente encuentra el mismo producto más
barato en otro lado. Comunícalas, pero sobre todo, cúmplelas.
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